Tras un tostón de películas, varias paradas, intentos infructuosos de conciliar el sueño y un objeto volador no identificado que se estampó contra el autobús (D.E.P), por fin llegamos a Sevilla. ¿Nuestra primera impresión? ¡Nos han encantado las habitaciones! Es un albergue, sí, pero que no os engañe la palabra. Todo está muy bien, está muy limpio y la comida nos ha parecido buena. Los compañeros de Madrid son muy abiertos y esperamos que pronto lleguemos a tener una buena amistad.
Pero al grano: ¡hablemos de Sevilla! Todos nos hemos quedado maravillados de las grandiosas estampas que se veían desde el autobús: el Guadalquivir (y su puerto fluvial), los edificios de la expo del 92, la Giralda.... Más tarde, a eso de las ocho y media, conocimos a nuestros monitores, Lorena y Miguel. Son muy simpáticos y agradables. Nos explicaron las normas del albergue, las actividades preparadas e hicimos un sencillo ejercicio para empezar a conocernos. Durante ese ejercicio nos intercambiamos unos regalos. ¡Lo pasamos genial!
Y parece ser que tanto insitir en ir a la feria de abril dio su resultado. Vimos todo el iluminado, las casetas y demás cosas; nos montamos en unas cuantas atracciones e incluso vimos cómo la feria dijo adiós hasta el próximo año. Unas horas más tarde estabamos todos agotados y decidimos volver al albergue para dormir.
¡Estamos impacientes de que llegue mañana!
Esperamos que vosotros hayáis disfrutado leyendo esto tanto como nosotros participando en las actividades.
Guapos, guapas... ¡A ver qué pasa con estos y estas de Madrid!
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