Después de haber comido y descansado un poco, nos hemos ido a las cuatro de la tarde al Alcázar de Sevilla. En sus jardines, nos han explicado la diferencia entre un alcázar, que es una fortificación en la que vive un rey musulmán, y una alcazaba, que es una fortificación en la que sólo hay tropas.
Entre sus jardines se esconde un laberinto que se utilizaba para que los niños jugaran, aunque, a veces, soltaban en él a los condenados y, detrás de ellos, a un perro. Se consideraba que si el preso conseguía escapar era inocente y merecía vivir. De lo contrario, moría.
Después, nos han enseñado el Alcázar por dentro. Nos ha parecido muy bonito ya que tiene un estilo muy diferente. En el edificio, no se representan animales ni personas y toda la decoración se basa en adornos geométricos. Al finalizar esta visita, hemos ido a ver la catedral, y nos han llevado a la plaza del Ayuntamiento. Allí nos han dejado tiempo libre.
Más tarde, hemos atravesado la facultad de Ciencias que antiguamente era una fábrica de tabaco. Mientras esperábamos a los demás compañeros para entrar a la facultad, un hombre se nos presentó y comenzó a contarnos que le habían echado de su casa y que su hijo y su mujer dormían en la calle. Al principio parecía que no iba a pedirnos nada, pero luego saco un montón de llaveros a dos euros. Algunos compañeros se apiadaron de él y se los compraron.
